martes, 17 de julio de 2007

CEREZAS: DULCE COCECHA EN EL VALLE INFERIOR DEL RIO CHUBUT

Los productores quieren convertir a la región en el polo cerecero más importante de la Patagonia sur. Crecen las exportaciones y obligan a replantear la logística.
Las cerezas chubutenses se están haciendo un lugar en el mapa de exportación de fruta fina y por eso, los productores se proponen convertir a la región del valle inferior del río Chubut en el polo cerecero más importante de la Patagonia sur.
Prevén llevar fronteras afuera 700.000 kilos de fruta, lo que representa un 40% más de lo vendido en la temporada anterior.
Según datos oficiales, la producción de cerezas reportó en promedio ganancias de US$ 2 millones durante las últimas dos temporadas.
Hasta el año último, las estadísticas mostraban que el mercado interno captaba el 40% de la cosecha de la fruta mientras que el 60% restante se enviaba al exterior. Este año los productores apuntarán a un mercado que había estado vedado, el de Estados Unidos.
Estados Unidos abrió de par en par sus puertas, no solo a los tradicionales envíos de peras y manzanas, que desde entonces no deben pasar por el tratamiento de cuarentena, sino que posibilitó diversificar la producción exportable permitiendo la entrada de la cereza patagónica.
En enero de 2006, para sondear paladares, la Cooperativa de Productores Integrados de Cerezas del valle inferior acordó con un mayorista enviar una pequeña cantidad como prueba piloto. El resultado fue altamente positivo y por eso, para esta temporada, los productores apuntan su estrategia hacia aquel país, sin descuidar los mercados europeos a los que pudieron acceder en los últimos tres años. Es que ante la falta de volumen deben andar con pie de plomo para no fallarles a los compradores que siempre estuvieron y, por el otro lado, intentar crecer en nuevos destinos.
“Enviamos por vía marítima y hacia el puerto de Filadelfia 10.000 kilos para testear el gusto de los consumidores; por suerte el producto fue aceptado tanto por su sabor como por su firmeza. Probamos con una variedad que se llama Sweet Heart, que es una de las más tardías y que resiste el envío por barco ayudándonos a abaratar los costos”, dijo Nelson Castro, productor e integrante de la cooperativa que comercializa la fruta bajo la marca Cerezas Patagonia Austral.
Estados Unidos es uno de los principales consumidores de esta fruta de carozo y también tiene un volumen muy alto de producción; sin embargo, la contraestación favorece a la Argentina que inicia la cosecha cuando comienza el invierno en el hemisferio norte.
El puntapié de largada se da en Mendoza, sigue en Neuquén, el valle de Río Negro, en diciembre empieza la cosecha manual en el valle del río Chubut y termina en Esquel y Los Antiguos en enero, siendo la fruta tardía la que logra la mejor cotización.
La contraestación también favorece a Chile cuya capacidad de producción es abismal en comparación con la de la Argentina. El país trasandino es el proveedor natural de cerezas de Estados Unidos.
Pero aunque la competencia sea fuerte y la experiencia en manejo de mercados externos mayor, en Chubut no se amilanan. Los productores destacan la excelente sanidad de los cultivos, la calidad y calibre de la fruta que se logra en este suelo y los buenos rindes que se obtienen por hectárea implantada.
El período de comercialización de la cereza chubutense es de diciembre a marzo, cuando en el hemisferio norte llegaron a pagar 8 dólares el kilo al término de la temporada. El valor promedio que paga el mercado externo es de aproximadamente US$ 3 y US$ 3,50 por kilo.


No hay comentarios.: